Revista Cubana de Tecnología de la Salud 2013; 4(1)
ISSN: 2218-6719
RNPS 2252
ARTÍCULO DE REVISIÓN
Formación del valor responsabilidad y humanismo, un imperativo para el trabajador de la salud mental. |
Amparo H. Mendoza Castro*, Olivia Martínez Hernández**, Elizabeth Zamora Lombardía***, Maite Sierra Muñiz****. |
*Doctora en Medicina. Especialista de primer grado en Psiquiatría. Máster en Educación Superior. Profesora Auxiliar. Hospital Psiquiátrico Provincial Docente “Antonio Guiteras Holmes” amcastro.mtz@infomed.sld.cu
**Doctora en Medicina. Especialista de segundo grado en Psiquiatría. Máster en Longevidad Satisfactoria. Profesora auxiliar. Hospital Psiquiátrico Provincial Docente “Antonio Guiteras Holmes” oliviamartinez.mtz@infomed.sld.cu
***Licenciada en Tecnología de la Salud del perfil Terapia Ocupacional y Rehabilitación Social. Profesora Instructora. Hospital Psiquiátrico Provincial Docente “Antonio Guiteras Holmes” hpsiq.mtz@infomed.sld.cu
****Licenciada en Tecnología de la Salud del perfil de Terapia Ocupacional y Rehabilitación Social. Profesora Instructora. Hospital Psiquiátrico Provincial Docente “Antonio Guiteras Holmes” hpsiq.mtz@infomed.sld.cu |
RESUMEN
La formación de valores morales específicamente la responsabilidad y el humanismo, constituyen una necesidad para garantizar una atención de calidad al enfermo mental de larga evolución; sin embargo, diversos factores objetivos y subjetivos son proclives a verse dañados, con repercusión negativa en este grupo poblacional; objeto de marginación y exclusión social en múltiples ocasiones. Se realiza una fundamentación teórica encaminada a destacar la importancia de la formación de valores en los trabajadores vinculados a la salud, se definió el concepto de valor y su relación con las formas de la conciencia social. Se identificó el valor responsabilidad y humanismo como indispensable para el futuro desempeño del trabajador vinculado a la atención del enfermo mental de larga evolución, en correspondencia con lo normado en los códigos éticos y principios bioéticos que rigen nuestra actividad profesional. |
Palabras claves: |
formación de valores, valor responsabilidad, valor humanismo.
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ABSTRACT
The formation of moral values specifically the responsibility and the humanism, they constitute a necessity to guarantee an attention of quality to the mental sick person of long evolution; however, diverse objective and subjective factors are inclined to it turns damaged, with negative repercussion in this human group; margination object and social exclusion in multiple occasions. He/she is carried out a theoretical foundation guided to highlight the importance of the formation of values in the workers linked to the health, he/she was defined the concept of value and their relationship with the forms of the social conscience. It was identified the value responsibility and humanism like indispensable for the worker's future acting linked to the mental sick person's of long evolution attention, in correspondence with the regulated in the ethical codes and bioethical principles that govern our assistance activity.
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Key Words: |
formation of values, value responsibility, value humanism.
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INTRODUCCIÓN
La educación en valores resulta un imperativo de estos tiempos, especialmente donde el hombre constituya centro de atención de la sociedad, incluso en las sociedades capitalistas en las que constituye un medio, no un fin, diversas ciencias, tales como la Filosofía, en sus ramas de la Ética y la Estética, la Sociología, Psicología y la Pedagogía; se han referido a este importante tema.
La comunidad científica internacional comenzó a alertar y a su vez abordar, lo que se dio en llamar “problemas globales”, los cuales al decir del doctor José R. Fabelo “son aquellos problemas que afectan los intereses de la comunidad mundial, que amenazan el futuro de la humanidad y atentan contra las posibilidades de desarrollo de la civilización”. 1,2
La literatura especializada, considera la formación de valores como un problema complejo, cuestionándose si está ocurriendo o no un proceso de crisis de valores, indisciplina social, comisión de actos delictivos, abandono del estudio - trabajo, unido a la subversión de la actividad profesional, se manifiestan en algunos sectores y grupos de la población, de los que la sociedad cubana no está exenta.
Al abordar el concepto de valor, éste guarda relación con la formación de una conciencia social, siendo su manifestación, la conciencia individual, como reflejo que hace el hombre de las condiciones socio históricas de cada época, su contenido se pone de manifiesto en su conducta, en su práctica social y en la relación individuo –sociedad, esto íntimamente unido, a los principios, creencias, costumbres, tradiciones, sentimientos, que el hombre tiene como reflejo de las relaciones y condiciones sociales, (conciencia individual) y aquellos que forman parte de la conciencia social. Estos elementos al confrontarse poseen un carácter orientador-regulador de la conducta y favorecen la actividad valorativa del hombre como ser social. 3,4
Dentro de la conciencia social e individual, la moral “modelos de comportamiento socialmente generalizados que actúan como punto de vista referencial a cada conducta individual”, ocupa un papel relevante, siendo “un reflejo de las condiciones en que vive el hombre a partir de la formación histórica de relaciones entre sí y de las actitudes y conductas en el transcurso de sus vidas, en forma de principios, normas, sentimientos valorativos y representaciones sobre el bien, el mal, el deber, que en su conjunto regulan y orientan la elección moral y la conducta de los individuos”.5
Puede comprenderse entonces, que “la observación de estas normas está profundamente relacionada con el desarrollo de la autoconciencia, de la autovaloración, de las emociones, de las convicciones, de la voluntad y de la configuración de una escala de valores. Todos estos elementos constituyen mecanismos funcionales de la conciencia moral”. 6
Los valores, junto a los principios y las normas, forman parte de la ética profesional, cuya función esencial está dada, en “indicar y orientar, bajo el prisma del sentido crítico de la realidad y autocrítica del individuo, qué es lo que hay que hacer en cada momento, ante la naturaleza de su función social”.7, 8
Es por ello, que la integración del hombre a la sociedad en un momento dado, y en particular a la actividad productiva, actúa esencialmente sobre la conciencia del individuo, a partir de la formación de convicciones y de la configuración de una moral profesional y de una cultura laboral.
Al existir una moral profesional, se puede hablar de una ética profesional, la que se refleja en los códigos de ética, como indicador de progreso moral. 9
La bioética, “que estudia los valores y principios morales de la conducta en el campo de las ciencias biológicas y de la atención a la salud” comprende un campo mucho mayor; pues incluye la responsabilidad profesional para todas las formas de vida y las normas de conducta que debe prevalecer en las formas modernas de práctica profesional social e institucionalizada.10, 11
Motivados por la fragilidad de los pacientes que ingresan en los hospitales psiquiátricos, expuestos a la estigmatización; por lo que son objetos de exclusión social y familiar, generando en ellos un bajo nivel de autoestima, el trabajador que atiende directa o indirectamente a este grupo de pacientes ha de estar dotado de alta responsabilidad y humanismo, dos aspectos tan importantes como la administración del medicamento, pues la rehabilitación psicosocial e incorporación al medio, de estos pacientes, ha de partir del accionar día a día de profesionales, técnicos y personal de apoyo, conocer de la importancia de los valores en la actuación cotidiana, depende de múltiples factores y enfoques, abordarlos brevemente es el objetivo de la presente revisión que esperamos sea de interés para el sector salud en su integridad, como parte de lograr la excelencia en la prestación de servicios y generar satisfacción de usuarios y prestador. |
DESARROLLO
El tema de los valores ha sido una vieja preocupación del ser humano. ¿Qué aceptar como bueno, justo, bello o útil? y ¿Qué calificar como malo, injusto, feo o perjudicial?, han sido preguntas a las que el hombre ha tenido que buscar respuestas. El profesor José Ramón Fabelo señala:
- Los valores constituyen un fenómeno complejo y multifacético que abarcan intrínsecamente todas las esferas de la vida humana, vinculados a su mundo social e histórico, a la subjetividad de las personas y a la interrelación institucional, en que la familia se constituye en el ambiente primero donde los valores tienen su principal apoyo.
- Reconoce la existencia de tres dimensiones fundamentales para los valores: la dimensión objetivo, la subjetiva y la instituida, mediante ellas, se le otorga el espacio requerido y se ponen en conexión a las distintas manifestaciones particulares de los valores.
- En el plano objetivo, se conciben los valores como componente de la realidad social, como relación de significación entre los distintos procesos de la vida social y las necesidades e intereses de la sociedad en su conjunto. En consecuencia, cada objeto o fenómeno de la realidad a partir de la función que cumple adquiere una u otra significación social y en tal sentido es un valor o un antivalor. Se constituye en valor objetivo en la medida en que posee una significación social positiva.
- En dependencia de los gustos, aspiraciones, deseos, necesidades, intereses e ideales, cada sujeto social valora la realidad de u n modo especifico, conforma su sistema de valores, que puede o no corresponderse al sistema objetivo de valores, en dependencia, ante todo, del nivel de coincidencia de los intereses particulares y los generales de la sociedad en su conjunto.12,13
Opina la autora, que el término valor, como señala el profesor Fabelo, está relacionado con la propia existencia de la persona, afecta su conducta, configura y modela sus ideas y condiciona sus sentimientos. Se trata de algo cambiante, dinámico, que en apariencia se ha elegido libremente entre diversas alternativas. Depende, sin embargo, de lo interiorizado a lo largo del proceso de socialización y por consiguiente de ideas y actitudes que se reproducen, a partir de las diversas instancias socializadoras (escuela, familia, la comunidad, los medios de difusión masiva, etc.)
El enfoque filosófico, por su parte, desde la antigüedad, hasta estos tiempos, debate el carácter objetivo o subjetivo del valor. El objetivismo y el subjetivismo como corrientes axiológicas son expresión manifiesta de ello, en “si el hombre crea el valor o lo descubre”. “El valor como el poliedro posee múltiples caras y puede contemplarse desde variados ángulos y visiones, desde una posición metafísica, los valores son objetivos: valen por sí mismos; desde una visión psicológica, los valores son subjetivos: valen si el sujeto dice que valen; y desde el aspecto sociológico, los valores son circunstanciales: valen según el momento histórico y la situación física en que surgen”. 14, 15,16 Por supuesto, que con ello no se puede absolutamente concordar, es necesario integrar todas las posiciones científicas en una concepción única y coherente, puesto que en cada uno existe una verdad.
La filosofía marxista establece la necesidad del análisis objetivo de los valores, a partir del principio del determinismo aplicado a la vida social. Los valores existen como tales, porque son producto de la actividad práctica de los hombres, son la expresión concentrada de las relaciones sociales. Los valores son objetivos, porque objetiva es la actividad práctico material en la cual surgen, porque expresan las necesidades de la sociedad, las tendencias reales del desarrollo social. Su origen no puede buscarse más allá de la realidad histórica y social, en un ser ideal que la trascienda. “Cada objeto, fenómeno, suceso, tendencia, conducta, idea o concepción, cada resultado de la actividad humana, desempeña una determinada función en la sociedad”. 17
La determinación de la conciencia social por el ser social, como solución materialista al problema fundamental de la filosofía, aunque del mismo orden, no es idéntica a la determinación de la conciencia por la materia. El ser social vinculado a las condiciones materiales en el que el hombre vive, es producto de su relación con la naturaleza como parte de su actividad consciente, ello establece la diferencia entre la conciencia social y el ser social, la primera, influye activamente en el desarrollo de las condiciones materiales y por tanto, del ser social. El análisis anterior, retoma la forma en que esa significación social que constituye el valor objetivo, es reflejada en la conciencia individual o colectiva. Cada sujeto social conforma su propio sistema subjetivo de valores. Por otro lado, la sociedad debe siempre organizarse y funcionar en la órbita de un sistema de valores instituido y reconocido oficialmente.
Las condiciones sociales están relacionadas con las condiciones socio históricas del medio, queda reflejada por el hombre como parte de su existencia, acorde a las condiciones que le corresponde vivir (ser individual), su contenido se manifiesta en la práctica y en la relación del individuo con la sociedad.
La moral, dentro de la conciencia social e individual, ocupa un lugar predominante, al constituir aquellas formas de comportamiento socialmente generalizados, que pautan las conductas individuales, con el influjo del entorno, regulando y controlando su cumplimiento, reflejando las formaciones históricas de las relaciones entre sí, modulando sus actitudes y conductas a lo largo de su existencia.
Los valores trascendentes para una sociedad, son reflejados por cada persona de manera diferente, dependiendo de su historia individual, de sus intereses, valoraciones, motivaciones, capacidades; y no siempre los valores jerarquizados oficialmente por una sociedad como los más relevantes (valores instituidos), son asumidos de igual manera por los miembros de esa sociedad (existencia subjetiva del valor), ello se produce, porque su formación no es mecánica ni lineal, sino depende de la valoración personal en interacción con el medio histórico-social en el que se desarrollan, construyendo sus propios valores.18
El programa director para el reforzamiento de valores fundamentales en la sociedad cubana actual, aprobado por el Secretariado del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, define un sistema de valores único para todos los organismos e instituciones, a partir de 9 valores generalizadores e integradores, responsabilidad, patriotismo, honradez, justicia, dignidad, humanismo, solidaridad, honestidad y laboriosidad,19,20,21 con ello se pretende que los mismos sean asumidos por todos los miembros de la sociedad, sin embargo, la formación de cualquier valor moral y en especial, del valor “responsabilidad” y “humanismo”, interés de esta revisión, requiere educar el valor desde todos los ángulos posibles y mediante diversas actividades. En ello toman parte todos los factores que se involucran en el entorno laboral, quienes desempeñan un rol de marcada importancia, pues tienen la posibilidad de influenciar apreciablemente en el proceso de subjetivación de los valores por parte de los trabajadores, ya que pueden propiciar espacios de reflexión, análisis crítico y lograr mayores niveles de auto perfeccionamiento en la proyección de las conductas valorativas.
La psicología del enfoque histórico cultural desarrollada por Vigotsky y continuadores, considera que una personalidad moralmente desarrollada, no sólo es aquella donde se han formado un conjunto de procesos y propiedades psicológicas, que regulan a un nivel superior el comportamiento del sujeto, sino aquella donde el contenido de las necesidades y motivos que están en la base de este comportamiento, se corresponda con los valores más generales de la sociedad. 22
Los valores como formaciones psicológicas expresan su función reguladora de la actuación, a través de objetivos que se elaboran posteriores a un proceso complejo de reflexión por parte del sujeto, en el que tiene lugar la valoración y autovaloración, de las posibilidades objetivas y subjetivas de lograr dichos objetivos y en el que se realizan esfuerzos volitivos para su consecución.
La autora asume, tomando en consideración los criterios anteriormente abordados, que en la formación del valor responsabilidad y humanismo, ha de tomarse en consideración el sistema de experiencias que el trabajador adquiere, como producto de esa interacción con su contexto, lo que le posibilita la elección de una forma de comportamiento, lo que constituye, la base primordial para que se instalen las valoraciones reales que enfocan su vida cotidiana en general y laboral, en particular. La producción del “sentido personal” es algo que se produce en la experiencia que emana de los acontecimientos que los impactan y los obligan a entender su tiempo, el sentido, por tanto, es una alternativa para afrontar los acontecimientos que viven y los involucran. El trabajador desarrolla su responsabilidad cuando aprende de los tipos de actividades fundamentales que desarrolla y se involucra en ellas, conformando su forma de actuación.
Existen dos elementos que no podemos de dejar de mencionar al hablar de valores y que guardan intima relación en nuestra profesión, la ética y la bioética.
La ética, por su lado, se considera la parte de la filosofía que trata sobre la moral y las obligaciones del hombre; “es el estudio filosófico de los fundamentos de la conducta buena o mala y, por esencia, supra social. 23, 24
De lo expuesto se infiere, que la ética es una disciplina filosófica, un estudio sistemático, una teoría sobre los valores morales y la conducta moral, así como un análisis reflexivo de los fundamentos filosóficos, las ideas o conceptos acerca de lo bueno y lo malo, desde un enfoque axiológico, infiere él . “deber ser”.
La bioética, es el estudio sistemático de la conducta humana en el área de las ciencias de la vida y la atención de salud, en tanto que dicha conducta es examinada a la luz de los principios y valores morales”. 25
La bioética, considera la autora, es sobre todo, un nuevo modo de pensar; una manera de reflexionar, basada en reglas que salvaguardan al hombre en su más plena realización, ambos, sin embargo, coinciden en la discriminación entre lo bueno y lo malo. Quien solicita la intervención de un profesional o trabajador de la salud mental, merece poder contar con un personal ético, capacitado y responsable, que además de saber escuchar, sea observador y cuidadoso, humanista, comunicador sensible y clínico eficiente; cualidades que están muy acordes con lo planteado por la bioética y asociados al valor responsabilidad y humanismo, como parte integrante del sistema de valores éticos morales que ha de acompañarle. |
CONCLUSIONES
La formación de valores requiere de presupuestos que, desde lo filosófico, lo sociológico, lo psicológico y lo pedagógico le sirvan de sustento.
Las corrientes psicológicas del enfoque histórico cultural, consideran entre sus mayores aportes: el carácter activo de los procesos psíquicos, el carácter social de la actividad humana, la unidad de la actividad y la comunicación, el sentido personal y la unidad de lo afectivo cognitivo.
La sociedad, entrega al ser humano a la actividad productiva, ello actúa sobre la conciencia individual formando convicciones, configura una moral profesional y una ética de la profesión, que para ser verdaderamente funcionales deben llegar a formar parte de la personalidad; constituyendo la plataforma de la imagen moral del trabajador, un imperativo para el desempeño responsable y humanista de quien se vincula a la atención del enfermo mental de larga evolución. |
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