Licet Granados Guerra*

* Máster en Educación en Ciencias de la  Salud. Docente Asistente. Facultad  "Finlay - Albarrán.
E-mail: licetgg@infomed.sld.cu

El acontecer educacional universitario, señala que han crecido los intentos por lograr una educación masiva y con calidad, por la repercusión de esta en primera instancia en el desarrollo del propio hombre.
En correspondencia el sistema educativo cubano en una etapa cualitativamente superior de su desarrollo, ha instrumentado cambios en cada uno de los niveles de educación en respuesta a las demandas y necesidades del desarrollo social y su impacto en la calidad de vida.
Incluida aquí la Educación Superior  y a su vez las especialidades de las Ciencias Médicas, que  transcurre bajo la concepción de universalización, a decir de Hurruitinier Silva (2009): “es una idea generalizada a partir de la práctica docente de los estudiantes de Medicina…que en Cuba se extendió gradualmente a otras carreras universitarias”.(1)
El desarrollo de las Ciencias Médicas en Cuba y de la tecnología que le sirve de soporte, ha marcado pautas no solo a nivel nacional. Ello conlleva a la especialización de los recursos humanos que hacen posible la continuidad de la revolución científico – técnica y el lugar que en el mundo ocupan las cifras que se exhiben en materia de salud a nivel de países altamente desarrollados.
Es intención del gobierno revolucionario dotar a cada ciudadano de cada rincón del país de los indicadores precisados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que denotan una calidad de vida favorable.
Miles son las instalaciones de salud que en virtud de ello se han creado o perfeccionado en tanto exhibe servicios, tasa de natalidad infantil, así como índices de esperanza de vida a nivel de los países del primer mundo. Estas instalaciones bien dotadas, materialmente necesitan de un personal médico y paramédico con dos cualidades esenciales a juicio de la autora de esta investigación: alta calificación y alta sensibilidad humana.
La Licenciatura en Tecnología de la Salud, con cada una de sus especialidades y dentro de ellas la carrera de Bioanálisis Clínico  cuya matrícula se ha nutrido progresivamente de un personal ,  que tiene que asumir el reto fijado por el desarrollo alcanzado en las Ciencias Médicas y por la propia sociedad cubana.
Esta carrera se diseña de manera que potencie el desarrollo de habilidades profesionales en correspondencia con los retos que plantea el contexto laboral, lo que transita por la interpretación y aplicación de métodos y procedimientos asociados al conocimiento científico – tecnológico e incluso de dirección en los diferentes niveles del Sistema Nacional de Salud asociados a cada especialidad.
El currículo para la formación de este especialista , está formado por varias disciplinas y asignaturas, dentro de ellas ocupa la atención de esta investigación la asignatura Hematología I la cual se introduce desde el primer año de la formación. Su desarrollo transcurre igualmente bajo la concepción de formación en condiciones de universalización ocupando como aval fundamental de formación el Laboratorio Clínico, parte indisoluble de las acciones a desarrollar como fuente de aquellos problemas profesionales a los que se les  darán tratamiento y de los que entre otros aspectos determinan las habilidades profesionales a desarrollar en cada asignatura que conforma la especialidad.
La autora de esta investigación, contando con el ejercicio de la docencia y la practica revela factores de diversa índole como parte de la complejidad de la formación de este tipo de tecnólogo, los que desde lo formativo deben atender a la base cognitiva y a lo afectivo – motivacional, considerando que los estudiantes son portadores de y el ejercicio eficaz de la profesión.
Su tratamiento ha sido asumido por investigadores de diferentes ámbitos educativos, es el caso entre otros de: Talízina (1975), Kraievski (1978), Kuzmina (1987), Fernández Pérez (1994), Carr Wilfred (1993), Añorga Morales (1995), García Ramis (1996), Blanco Pérez (1997), Martínez Llantada (1998), Casanova (1999), Añorga  Morales (1999), Valdés Veloz (2003), Zilberstein Toruncha (2000), Valle Lima (2000), López Hurtado (2001). En lo fundamental abordan cuestiones relacionadas con:

1. Conceptualización, tareas,  funciones, estructura, y características.
2. Necesidad de su atención, perfeccionamiento y autoperfeccionamiento.
3. Actitudes a asumir frente a los procesos de cambio educativo.
4. Modo en que conduce el proceso de formación del hombre.

La actitud reflexiva sobre su práctica y sobre la repercusión de esta en  él, en sus estudiantes y en la sociedad, pues penetra todas las relaciones humanas en el proceso de educación del hombre.
Por lo que se considera que la formación  de este profesional  ,capaz de asimilar de forma protagónica, creadora, en mayor volumen y calidad, con un gran nivel laboral e investigativo, capaz de asumir el reto impuesto por el desarrollo tecnológico, y los mejores valores humanos para conducirse en el futuro en correspondencia con la preparación alcanzada. Se precisa  el siguiente problema científico:
¿Cómo contribuir al perfeccionamiento de la atención al desempeño profesional pedagógico del docente durante el proceso de formación profesional   en la carrera de Tecnología de la Salud?
En correspondencia se acota como objetivo general

-Propiciar el desarrollo del desempeño profesional pedagógico de los docentes en Tecnología de la Salud durante el proceso de formación profesional.      

En el proceso de formación hay un sin número de factores que interviene en el logro del anterior propósito, entre ellos los docentes encargados de su  conducción. Es necesario atender a cómo se desempeñan profesionalmente  en un proceso que según lo caracterizado, tiene rasgos peculiares. Es por ello es pertinente el análisis de la categoría desempeño profesional.
Sobre la categoría desempeño profesional pedagógico existe una amplia bibliografía en el campo educativo, de la cual se ha tomado ideas de alto valor para el análisis de los modos de actuación de aquellos especialistas que hoy dentro del proceso de universalización en Ciencias Médicas desempeñan la docencia en las distintas carreras, en este caso, en la formación del Tecnólogo de la Salud.
El desempeño profesional, a partir de las habilidades, juega un importante valor, ya que este se lleva a cabo por el recurso humano, con el dominio de sus acciones y constituye una variable necesaria para medir la eficiencia de la producción y del trabajo de las organizaciones.
Granados Guerra (2005) plantea que a partir de la década del 90” se enfatiza en la necesidad de remodelar el modo de pensar, actuar y sentir del docente ante las condiciones histórico concretas en que se desarrolla su  labor.” (2)
El desempeño profesional pedagógico, ha sido conceptualizado por  la autora antes mencionada como: "proceso desarrollado por un sujeto; a través de relaciones de carácter social, que se establecen en la aplicación de métodos, para el cumplimiento de su contenido de trabajo, en correspondencia con los objetivos de la actividad pedagógica profesional en que participa y el logro de un resultado que evidencia el mejoramiento profesional, institucional y social alcanzado, la atención a la educación de su competencia laboral y la plena comunicación y satisfacción individual al ejercer sus tareas con cuidado, precisión, exactitud, profundidad, originalidad y rapidez." (3)
Un acercamiento a las definiciones de desempeño profesional pedagógico ofrecidas, por Añorga Morales (2004) y Granados Guerra (2005), nos lo muestra como un proceso complejo tanto por su carácter multifactorial, como por las características, contradicciones que le son inherentes y condiciones en que se desarrolla.
También existen análisis del desempeño desde vías investigativas en Ciencias Médicas, planteándose como “el cumplimiento real de los trabajadores en los propios servicios de salud, tanto en el orden profesional, como en las relaciones interpersonales y conducta social que comprende su pericia técnica y motivación personal” (4)
Dado el campo que se investiga la autora se acoge a la definición de Granados Guerra (2005). Coincide en que el análisis del desempeño profesional pedagógico y de la actividad pedagógica profesional, se torna complejo, en él  debe evidenciarse como tendencia del desarrollo alcanzado:

• El nivel de preparación logrado,  y  estar en constante elevación de este  dado el actual desarrollo de la ciencia y la técnica.

• El nivel de desarrollo de habilidades y capacidades para la profesión.

• El rol que desempeña en la dirección del proceso de formación.

• La actitud reflexiva sobre su práctica y sobre la repercusión de esta en  él, y en la sociedad.

La autora opina que la manifestación del desempeño pedagógico profesional de los docentes o profesores en Ciencias Médicas está dada, no sólo, como transmisión y acumulación de conocimientos científicos y tecnológicos, sino como actividad de carácter social, político e ideológico que permite mejorar la comprensión de la enseñanza de la ciencia y el posterior ejercicio de la misma.
Es importante añadir al análisis que  el docente que imparte las asignaturas (médico y/o licenciado en Tecnología de la Salud) se ha desempeñado profesionalmente en las diferentes esferas correspondientes a las especialidades de Tecnología de la Salud, pero al impartir una de las asignaturas del proceso de formación de especialistas su desempeño toma una nueva dimensión y deviene además en desempeño profesional pedagógico. Se considera entonces que participar en la docencia médica fija para estos casos una doble condición en el desempeño.
Ello impone al mismo sujeto un alto desarrollo profesional y personal en tanto actúa en dos áreas: la de la especialidad y la pedagógica y se enfrenta a nuevas condiciones y/o características:

• Su actividad asume una doble condición como especialista clínico y especialista pedagogo.

• Acciona con varias ciencias: La Pedagogía, la Didáctica y la de su especialidad.

• Asume directamente desde el trabajo con la asignatura la dirección de un proceso formativo, que llega necesariamente al dominio de cómo hacerlo, por lo que es esencia el conocimiento de la Didáctica de la Educación Superior pues esta tiene como objeto el cómo enseñar y el cómo aprender. 

• Propicia que el proceso de formación tenga la calidad esperada dado el nivel científico técnico que posee

• Es portador de un modelo de actuación para el sujeto que se forma

• Es el personal idóneo en el proceso de formación en las actuales condiciones de universalización.

La composición, el grado de instrucción y las responsabilidades del personal de la salud,  varia en dependencia del contexto en que se desarrolle, a lo que también ha de atender el docente en el proceso de formación, sin embargo para esta especialidad es vital por sus objetivos.
La interacción con los sujetos a formar como especialistas, a la vez que satisfaga las necesidades e intereses de ellos, debe satisfacer las suyas, estar motivado y motivarlos para dar respuestas a las prioridades y exigencias contenidas en el plan de formación del Tecnólogo de la Salud.
Esencialmente se ha de desarrollar una Pedagogía potenciadora del desarrollo del futuro profesional por lo que es regida por su seguimiento individualizado hasta el área laboral, para este caso,  caracterizada por fuertes procesos de comunicación, por el rediseño constante de las estrategias particulares de trabajo y la interacción con todos los agentes potenciadores de tal desarrollo, en específico con el tutor asignado al especialista en formación. Se ha de regir por la interrelación siguiente:

En la atención al desempeño profesional pedagógico de los docentes que imparten  asignaturas en Tecnología de la Salud ha de considerarse:

• la propia relación dialéctica que existe entre las categorías anteriores,

• las relaciones entre la actividad cognitiva, metacognitiva y afectiva que ha de desplegar al formar especialistas,

• entre los procesos de interiorización y exteriorización del conocimiento que imparte

• entre lo singular, lo particular y lo general en la atención individualizada que se le ofrece a cada uno de los especialistas en formación

Avala lo anterior la concepción de Urbina Laza y coautores (5) al plantear que “el desempeño hay que analizarlo en la totalidad de la estructura del proceso de trabajo y accionar de los profesionales, hay que desagregarlo en funciones y roles que a su vez definen los problemas que demandan la realización de un conjunto de actividades que se desglosan en tareas”.
Estos autores enfatizan aspectos relativos a la enfermería que por su grado de generalidad son aplicables al campo de acción que ocupa esta investigación  es el caso de los vinculados con la necesidad de que la asignatura propicie en los futuros especialistas desempeños profesionales relacionados con:

• Cómo organizar, retener y utilizar los conocimientos adquiridos.

• Cómo organizar e integrar el sistema de habilidades profesionales.

• Cómo actuar e interrelacionarse con los demás integrantes del grupo básico de trabajo o equipo de salud, el individuo, la familia y la comunidad.

Interesantes puntos de vista ofrecen Nogueira Sotolongo y coautores (6) sobre la gestión docente en la Educación Médica Superior, por su significación la autora considera al caracterizar el desempeño profesional pedagógico de los docentes que dirijan el aprendizaje en esta especialidad y asignatura, es válido asumir que: “ el proceso de formación de profesionales en la actualidad exige de una conducción que considere como requisito esencial su carácter contextualizado, un enfoque sistémico y dinámico, y valorar como componente curricular rector, los problemas profesionales que deben ser resueltos por el futuro egresado. Esta realidad impone un reto a la dirección del proceso enseñanza aprendizaje y por tanto, a sus actores principales: profesores y estudiantes; ya que la asimilación de los contenidos por el que aprende debe desarrollar las competencias necesarias y suficientes que permitan el desempeño esperado en la solución de los problemas que afrontará en su práctica profesional.”
Se asume de estos autores que los profesionales de la Salud deben ser portadores de niveles de competencia y desempeño que satisfagan la exigencia social de elevar los niveles de salud de la población. Por lo tanto, los profesores encargados de ese rol social necesitan de las competencias necesarias y suficientes para la dirección del proceso de enseñanza-aprendizaje, caracterizado por estrategias didácticas que tengan en cuenta, a la futura práctica profesional y en el contexto de los problemas básicos y generales que deberán ser resueltos en su esfera de trabajo.
Al asumir esta posición la autora reconoce el lugar que ellos le conceden al papel que juegan en el proceso de formación de un especialista los problemas profesionales y las competencias, pero ve como limitante la contradicción que se expresa al referir el término “gestión de la docencia”. Los referentes didácticos que se toman para el análisis del desempeño profesional pedagógico en Ciencias Médicas consideran que el proceso de enseñanza – aprendizaje es dirigido bajo una intencionalidad al cual por demás no debiera atribuírsele términos de dirección empresarial.  
Para el logro de tales exigencias se necesita en cada asignatura de  “estrategias didácticas alejadas de los estilos de dirección de "caja negra", sustentados solo en los resultados, lo que responde a criterios metodológicos conductistas y desarrollar una dirección docente de "caja transparente", como expresión de un referente constructivista (7). Precisamente en esta investigación hacia el segundo capítulo se pretende el aportar una estrategia que perfeccione el trabajo con la asignatura desde el desempeño profesional pedagógico de los docentes que la imparten.
 Se destaca la importancia de la función orientadora del docente, la que abarca lo cognitivo, lo instrumental, lo axiológico y lo ético, aspectos que impactan en la futura actividad profesional de sus estudiantes en tanto responden a los componentes académicos, investigativos y laboral del currículo de formación,  ello posibilita un desempeño exitoso en su futura esfera de trabajo donde es esencial para el cumplimiento de las funcionas en cada especialidad.
Todo ello contribuye a la dirección del proceso de enseñanza-aprendizaje de la  asignatura con la calidad requerida, en la medida que se desempeña en la actividad el docente desarrolla un grupo de competencias profesionales, las que se han diseñado por diferentes autores y  de las que no hay duda de su pertinencia en el trabajo:

• Competencia académica. Dominio de los contenidos propios de su asignatura.

• Competencia didáctica. Manejo de los componentes del proceso enseñanza-aprendizaje. Tratamiento sistémico de las categorías; objetivo, contenido, método, medios, formas de enseñanza y la evaluación como importante control de este sistema. Comprensión del proceso en su dimensión humana, y su valoración como un proceso bidireccional (relación estudiante -profesor).

• Competencia organizativa. Dominio de todo lo relacionado con la planificación, organización, ejecución y control de las acciones pedagógicas y didácticas involucradas en la formación del que aprende.” (8)

Otra posición analizada es la de Damas López (2008) el que razona el desarrollo del desempeño desde las competencias pedagógicas - didácticas siguientes (9):

• Diseñar el programa de asignatura  y planificarla  según las exigencias de la Carrera y la institución.

• Diagnosticar las necesidades educativas de sus estudiantes tanto a nivel individual como grupal.

• Diseñar y aplicar estrategias de enseñanza-aprendizaje en función del nivel de los estudiantes y los objetivos.

• Preparar y utilizar materiales de apoyo  de acuerdo con los objetivos.

• Diseñar sistemas de evaluación.

• Realización del trabajo de tutoría.

Son aspectos importantes que ratifican la relación entre las categorías desempeño profesional pedagógico, actividad pedagógico profesional, modo de actuación y competencias profesionales, que sin dudas centran la atención en el desempeño profesional pedagógico al considerar que esta es una variable de alto grado de generalidad desde la definición que se asume y valorarlo como capacidad para desarrollar competentemente los deberes u obligaciones de un cargo laboral, el que puede incluir la docencia.
Granados Guerra (2005) considera que el desempeño de una profesión permite al sujeto impulsado por necesidades y motivos, desplegar una actividad práctica, que le posibilita relacionarse con el mundo que le rodea y con los medios con que cuenta para el logro de los fines propuestos, actividad que no es espontánea, y está sujeta a regulaciones, y en la que él se transforma, por ello en el caso del docente la denomina “esfera especial de la actividad humana” sujeta a contradicciones propias.
Al contextualizar los criterios sobre desempeño profesional pedagógico ofrecidos por autores como García Ojeda (2000), Valdés Veloz (2005), Martínez Quijano (2007), Añorga Morales (1999), Valcárcel Izquierdo (1999 - 2008) entre otros, ha sido necesario delinear los aspectos relativos al desempeño profesional pedagógico del docente, lo que pudiera generalizarse a las  Ciencias Médicas.
El fortalecimiento de su accionar formativo en la doble condición de su desempeño y cuyo sustento teórico está en las características ya expuestas. Ello propicia modelar las cualidades del desempeño profesional pedagógico del docente en Ciencias Médicas. Los docentes que impartan asignaturas considerando que provienen de la propia asistencia donde son portadores de la integración del dominio práctico  - teórico, además fuente y modelo de formación de nuevos especialistas. Estas  cualidades son:

• Preparación política y cualidades morales compatibles con los principios y normas de la sociedad cubana.

• Alto nivel científico - técnico avalado por los títulos de: Licenciados en Tecnología de la Salud.

• Dominar las ciencias que fundamentan como una actuación del profesional, de forma tal que identifique cada una de las habilidades expuestas dentro de la especialidad.

• Dominar los sustentos de la Didáctica como ciencia que tiene como objeto la dirección del proceso de enseñanza – aprendizaje.

• Constante  actualización y elevación de sus saberes dado el actual desarrollo de la ciencia y la tecnología.

• Habilidad para diseñar y organizar el proceso de enseñanza – aprendizaje de la asignatura de forma tal que el estudiante sea capaz de resolver y de enfrentarse a  lo nuevo de forma independiente.

• Orientador que facilite la colaboración e interacción del que aprende y su grupo, con el fin de desarrollar el compromiso, la responsabilidad individual y social, así como otros valores y rasgos de la ética médica y de la sociedad cubana.

•  Habilidad para diseñar y organizar el proceso de enseñanza – aprendizaje de la asignatura en función del desarrollo personal y social del estudiante, logrando un equilibrio  entre lo cognitivo  y lo afectivo –valorativo  en el desarrollo y crecimiento personal.

• Habilidad para diseñar y organizar el proceso de enseñanza – aprendizaje de la asignatura en función del desarrollo de las habilidades profesionales y competencias inherentes a la especialidad de que se trate. 

• Convertirse en un mediador eficiente en el proceso de formación profesional.

• Potenciar el tránsito progresivo de la dependencia  a la independencia   y a la autorregulación, a partir de los  conocimientos teóricos que adquiere en clases, la realización de investigaciones, revisión bibliografíca, logrando así independencia en su actuación

• Participar en protocolos de investigación que se generen en respuesta a problemas de salud en los servicios de carácter institucional, provincial o nacional

•  El profesor ha de suponer las condiciones de universalización en la formación de este y de otros especialistas en Ciencias Médicas, por lo que ha de establecer un sistema de relaciones sistemáticas con el tutor, encargo de forma más directa del componente laboral y el que no debe abandonar por la propia relación teoría – práctico, de lo cognitivo con lo instrumental, en fin del dominio del sistema de conocimientos de la asignatura y el consiguiente desarrollo de habilidades profesionales

• Realizar una labor coordinada a la de los tutores, como sólida base para facilitar que durante el proceso de formación se alcance el dominio de la especialidad.

Un desempeño profesional pedagógico de calidad se logra cuando se cumplan con las aspiraciones, del programa y del modelo del profesional en cuestión .Los retos de la universalización merecen sacrificios y esfuerzos para lograr lo aspirado. Un papel esencial se le atribuye al desempeño profesional pedagógico del docente al que en Ciencias Médicas se debe caracterizar por poseer una doble condición expresión de la integración de las ciencias de la especialidad con  las ciencias de la formación del hombre.

Propiciando el desarrollo del desempeño profesional pedagógico de los docentes en Tecnología de la Salud durante el proceso de formación profesional se instrumenta, lo axiológico y lo ético, aspectos que impactan en la futura actividad profesional de sus estudiantes en tanto responden a los componentes académicos, investigativos y laboral del currículo de formación,  ello posibilita un desempeño exitoso en su futura esfera de trabajo.
Considerando que participar en la docencia médica fija para estos casos una doble condición en el desempeño profesional. Ello impone al mismo sujeto un alto desarrollo profesional y personal en tanto actúa en dos áreas: la de la especialidad y la pedagógica y se enfrenta a nuevas condiciones y/o características.
La dirección del proceso de formación profesional  del Tecnólogo de la Salud y el logro del desarrollo del desempeño profesional pedagógico de sus docentes permiten la atención al desarrollo del  futuro profesional.