Pertinencia de los contenidos de ética y bioética en la concepción del diseño curricular de la Licenciatura en Tecnología de la Salud. MSc. Marcelo Ramón Armas Montero. Resumen Palabras claves: ética, bioética, pertinencia, axiología, estatus. Summary Introducción El nuevo diseño de la Licenciatura en Tecnología de la Salud implica superar determinadas barreras en aras de alcanzar determinado equilibrio formativo, sustentado en los principios de factibilidad, flexibilidad y sostenibilidad. Así se promueve:
El actual diseño curricular de esta carrera universitaria tiene como objetivo responder efectiva y eficientemente a la demanda creciente, cuantitativa y cualitativa de un licenciado en Tecnología de la Salud con una competencia ascendente y sostenida, a la altura de la ciencia y la técnica contemporáneas con el paradigma médico social necesario para su desempeño. La creación de la Licenciatura en Tecnología de la Salud ha permitido que la imagen del tecnólogo se haya modificado, pues ahora encontramos en este egresado, a un personal de salud más capacitado para brindar un mejor servicio en bien de la calidad de vida de la sociedad. Para garantizar la calidad en la preparación de estos estudiantes, debemos contar en las diferentes disciplinas y asignaturas con programas curriculares que respondan al objetivo de formar profesionales de excelencia, tanto desde el punto de vista técnico como humanístico. Es necesaria la formación de cualidades inherentes a los valores de su profesión en el estudiante, teniendo en cuenta que posee una formación incompleta, con carencias en su propia educación por diversas razones de su historia personal. Son jóvenes a los que aún hay que educar, teniendo en cuenta la observación de los detalles más sutiles de sus actuaciones y manifestaciones, tanto en lo profesional como en lo personal. La Ética y la Bioética, como asignatura integradora con un enfoque moral y axiológico sobre los problemas de la salud y la vida son de vital importancia en la formación y el desempeño de los educandos. Desde los tiempos de Hipócrates ha estado presente la problemática ética en el ejercicio de la atención a la salud a través de todo el desarrollo histórico de la humanidad, que ha exigido en todo momento una calidad moral de excelencia en este campo y que actualmente, como en ningún otro período desde la medicina hipocrática hasta la actualidad, plantea tantos y tan complejos conflictos éticos, dado el avance científico y tecnológico de los últimos tiempos. 2 Es fundamental que el futuro licenciado en Tecnología de la Salud incorpore desde los primeros momentos de su formación y desempeño como estudiante-trabajador los valores que requiere su profesión, con bases metodológicas y psicopedagógicas bien sustentadas, pues su futura labor se proyecta más que en curar al hombre enfermo en promover la salud del individuo y la comunidad. La enseñanza de la Ética y la Bioética en estos profesionales alcanza gran importancia, pues prepara a los mismos adecuadamente en la dimensión humana que requiere su trabajo, para que el estatus de la profesión esté asegurado en la medida en que se reconozca su impacto en las organizaciones y en el mejoramiento de la salud y la comunidad. Motivados por el rico intercambio entre los profesionales de la salud acerca del análisis y discusión de los temas relacionados con la enseñanza de la Ética y la Bioética, en las Facultades del Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana y conscientes de lo importante que es el conocimiento de estos temas, hemos decidido realizar esta publicación. Su objetivo es argumentar la pertinencia de los contenidos de Ética y Bioética en la concepción del diseño Curricular de la Licenciatura en Tecnología de la Salud, de acuerdo con las principales tendencias pedagógicas de diseño curricular. Desarrollo Esto significa que los egresados universitarios salgan de las aulas comprometidos, dispuestos y capacitados para enfrentar esta tarea. No son pocos los males que aquejan a nuestras sociedades, tanto en lo relacionado con la salud, como con aquellos problemas sociales, que le generan enfermedad a la misma sociedad, a los grupos, familias, comunidades y/o individuos enfermos. Sobre todo deben ser capaces de enfrentar aquellos problemas que se vinculan a la pobreza, la marginalidad, la desigualdad, las injusticias y otras tantas calamidades tan frecuentes en nuestros países del Tercer Mundo. En el concepto de “excelencia de la atención de salud” podemos diferenciar dos dimensiones: el componente técnico de la atención y el determinado por el desarrollo de la interacción personal. La dimensión técnica consiste en la aplicación de la ciencia y la tecnología médicas, de modo que reparte el máximo de beneficio a la salud del paciente minimizando sus riesgos. Algunos autores la denominan “componente científico de la atención”. En la dimensión interpersonal se expresan las características cualitativas de las relaciones humanas establecidas entre los profesionales de la salud con el resto de su equipo y el paciente. Se ha denominado por algunos autores “arte de la medicina”. Debe ser objeto de todo profesional basar su ejercicio en una filosofía humanista, la profundización permanente en la base científica del componente tecnológico médico, así como en los elementos cada vez mejor conocidos científicamente que determinan la calidad de la dimensión interpersonal. Existe una tercera dimensión que incide de manera notable en la satisfacción del paciente, las comodidades y facilidades disfrutadas por el paciente en el proceso de atención a la salud, influyentes de manera decisiva en su estado anímico y en la confianza que éste sentirá por el sistema de atención en general. Esta dimensión facilitará al personal de salud la tarea de establecer una relación interpersonal de alta calidad, aunque el éxito de esta relación no puede estar condicionado por las comodidades o facilidades del medio ambiente. Cabe entonces preguntarnos ante tales circunstancias: ¿El avance de la ciencia y la tecnología implica deshumanizar a la atención de salud? En ningún caso puede afirmarse esto. En realidad, este desarrollo posibilita una mejor atención al hombre sano o enfermo, aunque en ocasiones se observe que es precisamente el personal de salud el que tiende a deshumanizar dicha atención, sustituyendo la dimensión interpersonal de su labor por el uso indiscriminado de la nueva tecnología. Por otra parte, en la práctica social, todas las personas con independencia de su nivel cultural han interiorizado un grupo de experiencias relacionadas con la calidad en la atención a la salud que desarrollaron en ellas expectativas personales.El grado de desarrollo de esas expectativas convertidas en patrones de referencia para evaluar la asistencia médica difiere entre los distintos individuos y grupos humanos. En la medida en que exista mayor armonía, entre las expectativas referidas a la calidad de la atención y las condiciones reales de la prestación del servicio de atención médica, se obtendrá un mayor grado de satisfacción con la gestión del sistema en la población atendida. La satisfacción del paciente analizada en su integridad cumple varias funciones:
Es necesario un clima de seguridad social que garantice el libre y total desarrollo del individuo. En el hombre enfermo existe un objetivo priorizado, del cual depende su seguridad social: sanar lo más pronto posible. El desempeño de este profesional debe expandirse a la atención del hombre, tanto en estado de salud como de enfermedad, ampliando su espectro laboral al incorporar gestiones de promoción y protección específicas de la salud en el contexto donde se desenvuelve, así como la atención a los grupos de alto riesgo, la investigación clínico-epidemiológica, la docencia y la administración de salud. De igual modo, se hace evidente la necesidad del trabajo en equipo, pues la ancestral concepción del personal de salud como agente exclusivo de las acciones de salud, debe dar paso a las del equipo multidisciplinario, donde el hombre debe ser objeto y sujeto de su propia salud, teniendo en cuenta su contexto social. Se trata de una relación donde se preste un servicio de alta significación, por ser la salud la más preciada de las aspiraciones del hombre. Estas relaciones exigen del Licenciado en Tecnología de la Salud el planeamiento de cada una de sus acciones, ya que todo acto deshumanizado o técnicamente incorrecto implica un riesgo de cometer iatrogenias. La Ética resalta su papel en la conservación de la autonomía del paciente y el mantenimiento de su integridad, dignidad y calidad de vida. Aún cuando el equipo de salud sustente su actuación sobre la base del ejercicio profesional, en la práctica pueden existir situaciones de conflicto y desarmonías entre los valores propios y los de los miembros de la comunidad donde desarrolla su trabajo. Su labor fundamental, en este caso, es influir en estos valores mediante una comunicación educativa adecuada para lograr el cambio en las formas del pensar, lo que redundará en la modificación de las actitudes de los individuos que la integran. Conclusiones Referencias bibliográficas
Bibliografía
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